Vera/Veritzia

La veo, a través de la lente, muy de cerca. Ella lleva, en la misma de sus dos miradas, una cierta nostalgia por la otra palabra que la identifica, un cierto resentimiento por la ausencia del otro lexema que la nombra. O por el nombre de guerra con el que fue clandestina y evasivamente figurada en la mente subversiva del enemigo interno. Veo, a través del dispositivo que complementa a mi fusil, como en esa misma mirada se esparce, clandestino y evasivo, el perfume de su perfume. Llego hasta su cuello y descubro que ese perfume se desprende, otoñal, del abrigo que le da forma seductora a tu ingenua ilusión. Pelotude.

Al conjunto de las ciudades que Marco Polo le describió al Kublai Khan le falta Vera, la ciudad invadida. Y es porque Vera ya no es Vera, sino Veritzia. Marco Polo le describió al sobrino de Genghis Khan la ciudad de Veritzia, no la de Vera. Marco, mi jefe, después de haber ocupado Vera como aliado de los veritzianos, la volvió a nombrar Veritzia y describe así a los veranianos:

-Es gente que corre, se escabulle.

Marco Polo

Aquí y allá, después de muchas y diversas escaramuzas, la mayoría de nuestros gloriosos partisanos de Veritzia muestran a los encuestadores su opinión sobre los de Vera. Los sindican como lo que siempre fueron, como lo que son, como lo que siempre serán. Una mierda.

En el medio no están los que han desaparecido. Claro. Quedan algunas palabras a descifrar. Algunos enunciados que se siembran en el aire. Que forman parte del aire. Es/son una incógnita. Es/son un desaparecido/unos desaparecidos. Unas desaparecidas. No tiene(n) entidad. No está(n). Ni muerto(s) ni vivo(s). Está(n) desaparecido(s). En el medio está la figura de lo que no está. En el medio hay una tumba sin lápida: es la de Videla. El genocida que se murió, condenado, en la cárcel. Pero las palabras son seres que no arraigan. Flotan.

Al conjunto de las ciudades que Marco Polo describió para el Kublai Khan le sobra una: Veritzia, la ciudad invadida. Y es porque Veritzia ya no es Veritzia, sino Vera. Veritzia, finalmente, ha sido derrotada para siempre. Marco, mi jefe, mientras la está volviendo a ocupar, en la actual compleja coyuntura política y militar, como aliado de los antiguos pobladores de Vera, describe así a los perdedores, a les progresistas ciudadanes de Veritzia:

-Es gente que corre, se escabulle.

Marco Polo

Los veranianos liberamos, después del bombardeo demoledor de la artillería pesada, a los restos calcinados de la antigua Vera del Oprobio de Un Nombre Inapropiado, y le devolvimos El Nombre Que Dios Le Puso y Que Siempre Tuvo. Por fin la palabra Ve…tzia ahora está prohibida, solo se la dice en los últimos y clandestinos centros de mando y control que estamos a punto de terminar de limpiar.

No te hagás el pel..tudo. A vos también te estamos buscando.

Ya en las últimas escaramuzas, los francotiradores de Vera observamos con objetividad científica y a través de la lente de nuestro fusil de alta precisión, las espaldas de la gente de Ver..tzia. Es gente que huye mientras está siendo derrotada por nosotros. Y la describimos como la mierda que son: kucarachas K.

Yo soy un ciudadano francotirador argentino. Nunca cambié, siempre fui opoficialista. Cuidate.


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